Un grupo de jardineros presentará una nota al municipio de Fiske Menuco solicitando el cumplimiento de la Ordenanza Nº 4915, sancionada en julio de 2020. Esta normativa regula el manejo del arbolado urbano público en la ciudad, estableciendo que su planificación, plantación, poda, mantenimiento y extracción deben regirse por criterios técnicos definidos por la Secretaría de Servicios Públicos.
Según cuentan los impulsores del reclamo, la preocupación surgió tras observar podas mal realizadas o hechas fuera de temporada. De acuerdo con la ordenanza, el período autorizado para la poda va del 1 de junio al 31 de julio, sin embargo, este año las intervenciones comenzaron en abril.
La ordenanza reconoce al arbolado público como un bien de dominio municipal y busca protegerlo mediante normas claras que regulan todas las intervenciones sobre los árboles urbanos. Además, define responsabilidades tanto para el municipio como para los propietarios de inmuebles, quienes deben encargarse del riego, poda y cuidado dentro de sus propiedades.
Otro aspecto que establece la normativa es que las tareas deben ser realizadas por personas capacitadas, fomentando el registro oficial de podadores y aplicando sanciones a quienes dañen el arbolado sin autorización o realicen prácticas fuera del marco legal. Estas medidas buscan garantizar la salud y longevidad de los árboles, así como preservar los múltiples beneficios ambientales, sociales y culturales que aportan a la comunidad.
Pablo Jaramillo, referente del grupo y especialista en jardinería, explicó que una poda mal realizada, además de debilitar al árbol, puede enfermarlo y causarle la muerte en pocos años. “En épocas de crisis es muy fácil salir a podar una planta, un árbol, porque está al alcance de la mano, con una escalera, un serrucho, una tijera, uno puede podar un árbol y ya te haces unos pesos, pero está bueno hacerlo con conocimiento, hay distintos tipos de podas para las distintas especies de plantas que nos rodean”, señaló.
Jaramillo destacó que no se puede tratar igual a un árbol frutal que a uno de vereda, ya que en el arbolado urbano se prioriza la sombra, la mejora del aire y la calidad de vida de los habitantes. También resaltó los múltiples beneficios que brindan los árboles: producen oxígeno, absorben dióxido de carbono, fomentan la biodiversidad, ayudan a drenar el agua de lluvia, previenen la erosión, reducen el ruido, embellecen el paisaje urbano y aumentan el valor de las propiedades.
El ingeniero agrónomo, Ignacio Bonilla, coincidió con estos puntos y agregó que los árboles también aportan beneficios culturales y arquitectónicos. “Podríamos enumerar una larga lista: sombra, reducción de temperatura y radiación solar, mejora de la calidad del aire, disminución del ruido y la contaminación, protección contra el viento y la lluvia, refugio para la biodiversidad, aumento del valor de las propiedades y generación de arraigo comunitario”, explicó.
Ambos coincidieron en que las especies que se planten deben ser caducas, es decir, que pierdan sus hojas en invierno para permitir el paso del sol, y que no representen riesgos para peatones ni generen problemas en la vía pública.
“Es importante evitar árboles con frutos, espinas, semillas u otras partes que entorpezcan el paso, puedan causar heridas o ensucien canaletas y alcantarillas”, detalló Bonilla. Para el Alto Valle, sugirió distintas variedades de fresnos (americano, europeo y rojo), acer, crespón, catalpa, árbol de Judea y algunas especies del género Acacia.
Respecto a la nota que el grupo de jardineros presentará en los próximos días, Jaramillo aclaró que el objetivo no es impedir que la gente pode, sino fomentar la capacitación y el respeto por la normativa vigente. “No se busca que la gente deje de podar, sino que lo hagan con conocimiento y respetando la ordenanza de arbolado urbano”, afirmó.
Para finalizar, señaló que esta situación no es exclusiva de Fiske Menuco. “En casi todas las ciudades del Alto Valle se observan mutilaciones y un bajo valor asignado al arbolado urbano. Algunas calles están mejor cuidadas que otras, pero los problemas se repiten: podas fuera de temporada, cortes mal realizados y poca planificación en la plantación”, concluyó Jaramillo.











