Francisco Torres es un joven artista visual que nació en 2002 en Neuquén capital y hace unos años estudia en el Instituto Universitario Patagónico de las Artes. Justamente para aprobar una materia de esa carrera (Taller de pintura I, dictada por Carina Flores Mir) Torres pintó en 2023 una serie que tituló “Atisbo del desierto”, integrada por seis pinturas, en la que se propuso reflexionar acerca de la denominada Conquista del desierto.
La serie fue expuesta en Mayo de 2024 en el Museo Estación Cultural de Fernández Oro, Río Negro; y luego, en septiembre de 2024, (pero esta vez solo 3 de los cuadros, junto a obras de Ana Miranda y Ailín Rastel) en la muestra “Gestos comunes”, que fue curada por Anahí Tiscornia y tuvo lugar en la Casa de la Cultura (no sé si por entonces ya se llamaba Centro Cultural de las Artes y las Personas) de Fiske Menuko / General Roca, Río Negro.
A continuación mostramos fotos de las obras, presentadas según el orden crónologico en que fueron pintadas, acompañadas de algunos comentarios del pintor y algunas imágenes con las que se las puede poner en relación. Ninguna de las pinturas tiene título.
Primera pintura de la serie (Acrílico sobre lienzo, 90 x 45 cm)
“Empecé con algunas citas de esos libros que fui leyendo –cuenta Francisco–, de situaciones que habían pasado. Me acuerdo de una que hablaba de un campamento del Ejército argentino y salían para atacar a traición a una toldería, fue toda una masacre… “
“También pensé en la pintura ´Ocupación militar del Río Negro por el Ejército nacional el 25 de mayo de 1879´ de Juan Manuel Blanes, que está reproducida en los billetes de 100 pesos. Pensé en esa imagen y en esos relatos de violencia, y había un artículo de Gustavo Cabrera y Julia Isidori, que decía algo como que fuimos conquistados a través de las imágenes y un ejemplo que daba era el billete, donde se retrata al ejército en una vista frontal, con el horizonte a la altura de los ojos, en una situación de superioridad. Entonces se me ocurrió bajar el punto de vista y poner la escena en el suelo. Pensé en la figura humana y en una pose que muestre vulnerabilidad. Se me ocurrió que si le agregaba un niño en brazos iba a quedar bien claro”.
Segunda pintura (Acrílico sobre lienzo 80 x 60 cm)
“Acá estaba pensando en una imagen de cómo habrán sido esos momentos de conflicto, más bélicos. Cómo sería una imagen en acción y mostrar otra cara de lo que fue también”, comenta Francisco acerca de esta pintura. Es interesante que haya elegido retratar a los militares argentinos ejerciendo la violencia, sobre todo si pensamos que una de las pinturas más famosas de la pintura argentina (que reimaginó una situación que la literatura –desde La Cautiva de Echeverría– ya habia transformado en un lugar común a la hora de representar a los pueblos originarios) es “La vuelta del malón” (de Ángel Della Valle, pintada en 1892):
Tercera pintura (Acrílico sobre lienzo 80 x 45 cm)
“Estaba pensando en el paisaje. En las novelas que leí –cuenta Francisco– me gustaban las palabras que usaban para describirlo. Después pensé que podía sumar esas figuras humanas para que tenga algo en común con el resto de la serie. En su momento me preocupaba porque es un tema que yo pienso que es sensible. Pero después lo tomé como algo de ese momento. Así que decidí ir haciendo lo que me iba saliendo”, cuenta el artista.
Cuarta pintura (Acrílico sobre lienzo 80 x 45 cm)
“Cuando hablamos con mi profe [Carina Flores Mir] yo decía: no puedo no poner un mangrullo. Porque es el punto de vista. Quise ponerlo por eso y porque habla de esa historia de fortines. Pero quería sacarlo de ese contexto y ponerlo estorbando la mirada del paisaje”, dice Torres acerca de esta pintura. “En un momento pensé –continúa– que estas pinturas eran para darle una imagen, una forma a todas esas preguntas y reflexiones que me hacía sobre el tema. Esos objetos representan muchas cosas y hoy en día todavía aparecen, en Paso Córdova pusieron uno… No está mal ni bien, pero uno empieza a pensar de adónde vienen, por qué se hizo, para qué…”.
Esta obra puede relacionarse con una imagen de otro joven artista visual del Alto Valle de Río Negro, Nathaniel Bugnest, que firma como Gununat, y que en su muestra/instalación “Dónde hubo fuego, semillas quedan” incluyó una pintura de un mangrullo en llamas.
Es interesante confrontar a estas pinturas para reflexionar acerca de dos maneras diametralmente opuestas de ejercer una crítica, cada una con su potencia. La de Bugnest quiere ser explícita e inequívoca en su condena. El mangrullo es una sinécdoque del relato heroico de la “guerra al indio”, y Gununat lo pone a arder. En el caso de la pintura de Torres su crítica puede pasar desapercibida para una mirada superficial, pero en su elección de ponerlo “estorbando la mirada del paisaje” cuestiona una concepción que –por ingenuidad o por ánimo de ocultar– ofrece vistas deshistorizadas del paisaje. Si ambas se centran en el mangrullo no es solo por su carácter emblemático, sino porque –como bien señala Torres– allí se juega una cuestión básica para cualquier arte visual: el punto de vista (que no solo alude a la pintura, sino también a la historia). Obras como la de Torres y Bugnest tienen que disputarlo para crear su propia versión
“Hay un diálogo entre la foto y lo real, que crea historia a partir de eso»
Quinta pintura (Acrílico sobre lienzo 80 x 40 cm)
“Hay un diálogo entre la foto y lo real, que crea historia a partir de eso. La historia de este lugar –reflexiona Francisco– comienza dentro del Estado-nación con las fotos de ese álbum, que dice ‘esto es así’, pero por otro lado si uno empieza a investigar más sobre el tema… a partir de esas reflexiones de esos autores que te cuentan la historia desde otro lado, creo que tu mirada del paisaje cambia. Vas a Paso Córdova y mirás el mangrullo ahí, ves la barda, ves el río. Además de un paisaje lindo también tiene detrás todo eso, que si uno no lee, no se entera. Se configura a partir de esas fotografías una manera de ver el paisaje”.
Haciendo click acá puede leerse un análisis más detallado de esta pintura y de las imágenes en las que se basó.
Sexta y última pintura (Acrílico sobre lienzo 80 x 40 cm)
“Pensaba en lo que pasó después de que terminaron de arrebatar las tierras, cómo fue toda esa parte de la división, quiénes son, qué hay en esas tierras, qué personas las tienen y cuales son sus nombres…”, concluye Torres.
Esta nota fue escrita por Mauro Moschini. Es escritor. Obtuvo el título de Licenciado en Letras en la UBA. Publicó libros de cuentos, ensayos y poemas. Trabajó como docente en escuelas secundarias y coordinó algunos talleres literarios. Colabora con notas en distintas revistas web.
